Esta aparición data del año 1918, aproximadamente, luego de que el señor Alfredo Torres, quien fue el fundador de la sección Arroyo Salado, dirigiera una peregrinación de la virgen desde Cabrera hasta Nagua. La virgen que fue utilizada en esta peregrinación aun se conserva en la capilla de un lugar llamado Baova en Nagua. En la peregrinación, cerca del poblado llamado El Diamante cayó un aguacero que según se cuenta en la historia no duró más de tres horas y los peregrinos se guarecieron en unas cuevas donde más tarde encontrarían la aparición de la virgen de la piedra.
En su lecho de muerte, el hijo de Alfredo Torres dejó un tratado con los escritos sobre la vida de su padre y sobre la historia de la Virgen de la Piedra. Este es el único documento encontrado donde especifican los detalles de la aparición, su hijo Francisco Torres es el único de la familia Torres que guarda este tratado dejado por su padre sobre la vida de su abuelo. En este tratado se confirma que en los inicios de la aparición de la virgen ésta estaba pequeña y que a medida del tiempo se fue convirtiendo en un esfinge de gran tamaño del cual se percibía fácilmente el rostro, el cuerpo y hasta un rosario hecho de las mismas piedras que rodeaban su cuello. Años después, un escultor esculpió la imagen con yeso para aclarar la imagen y aunque muchos de los moradores y creyentes no estuvieron de acuerdo se creó una imagen de la virgen un poco más formada, esto fue realizado hace más de 20 años y la imagen se conserva intacta.
Esta piedra donde se conserva la aparición fue rodeada por tres paredes para convertirla en lo que hoy es una modesta capilla donde se celebran misas y donde personas de todas partes del país y hasta extranjeros visitan la imagen y dejan sus ofrendas en forma de agradecimiento por sus milagros cumplidos. Los visitantes dejan sus pertenencias personales como collares, anillos, fotos, flores, etc.
Los conocedores de toda la trayectoria de la historia de la virgen de la piedra coinciden en historias de milagros recibidos y cuentan sobre la historia de una señora llamada Sira el cual era protestante y fue a visitar la mencionada aparición para ver su realidad, no creyó en esta y le lanzo una piedra que le llevo la nariz a la aparición y a la misma vez la piedra rebotó como si fuese una pelota de goma y le dio en la misma nariz a ella dejándola loca al instante y hasta su muerte.
La virgen de la piedra sostiene un gran impacto social en estas comunidades, pues fieles creyentes y toda la población en general conocen de sus milagros y respetan la fe de los que si han demostrado su grandeza.